12 Noviembre 2012
HAY TIEMPOS DE DAR LIMOSNA
…Y TIEMPOS DE LIMOSNEAR
Por Fernando Llama
Así me la soltó, tal cual y cuasi a porta gayola , cuando le entregue los 500 pesos que le mandaba regalar mi hija Paty y su marido Dany, en ese momento caminábamos por un estrecho bordo de tierra rodeado del agua de la milpa recién regada, mientras nos dirigíamos a que me enseñara orgulloso donde había sembrado unos camotes y podado unas parras.
Una vez dicha la –para mí- desconocida frase, me quede callado, y mi mente se fue a 20 años atrás, cuando Raúl, mi interlocutor, amigo y ex vaquero, me dijo un día…yo no tengo que andar quedando bien con nadie, ahorita tengo fuerzas para trabajar, ya cuando pasen 20 años y no pueda trabajar entonces sí, andaré de payasito – e hizo unos manoteos cómicos en el aire- para poder recibir unos billetitos y ganarme el pan del día.
Había llegado yo a Cuatro Ciénegas un día antes con motivo de visitar a mi suegra, y ya estando ahí, me entró la nostalgia de saber donde andaría mi querido y viejo vaquero, que 3 años antes había renunciado a su trabajo en mi rancho, para volver a la ciudad, pero como Ud. ya sabrá - si ha seguido mis aventuras de años atrás - , Raulito llevaba casi 30 años trabajando para mi cuando decidió migrar , así que cuando me dijeron que cuidaba de una pequeña huerta a 5 minutos del pueblo por camino de terracería, decidí ir a visitarlo.
Mi hija Paty al saber que iba me dio 500 pesos para que se los llevara, pues para ella Raúl es como su tío, alguien que desde que ella nació ya lo veía cuidando del rancho, la subía al caballo desde los 2 años, la enseño a montar, la llevaba a ver los borreguitos y los becerritos recién nacidos, en fin, que Raúl era para mí Patita, “alguien de la familia” . Como no tenia camioneta pedí a mi amigo Arturo que si me podía llevar al “anteojo” que así se llamaba la huertita que cuidaba Raúl, y que por cierto ahí brota el agua como en muchas otras partes del famoso Valle de Cuatro Ciénegas
Salimos del pueblo y a los pocos minutos vi la arboleda en medio del desierto, signo inequívoco de la presencia de agua . La puerta del ranchito hecha de viejos tablones de madera rajados por el sol estaba cerrada y protegida con un montonal de cadenas y candados viejos, pero como los arboles se veían a solo 100 metros de distancia, decidimos dejar ahí la camioneta y pasar por entre los alambre de púas caminando hasta la casita.
Apenas oír nuestras voces, Raúl salió de su casa de adobe para ver quien era, y con un grito de alegría dijo: ¡¡ Hay que “gueno”!! (sic) , mira quien viene a visitarme, y nos dimos un abrazo de esos de “ladito” y retirado , donde ni los hombros se tocan, porque Raulito no es para ese tipo de acercamientos , valga la observación al calce , de sus 78 años lleva 60 viviendo totalmente solo en los ranchos , así que lo del griterío por el gusto de vernos..pasa , pero eso del afecto corporal…. como que no le sale , es más , cuando da la mano..echa el cuerpo para atrás
No dejó pasar ni 30 segundos cuando ya le urgia que yo viera lo que él hacia ahí, y me dice..ven "manito" , ven para que veas lo que estoy haciendo…Nooo, si todavía estoy fuerte, y casi a paso veloz nos llevo por entre los bordos de su recién regada milpa, hasta llegar a donde estaba deshierbando las parras de su nuevo patrón.
Apenas verlas quede sorprendido, pues en el pedacito de unos 20 metros cuadrados había unas 50 parras, pero entre ellas había unas 3 que por el grosor del tronco pasaban de los 100 años.
En uno de los extremos del sembrado, de la tierra salía un tronco de no menos de 15 pulgadas , y a los 70 cm de alzada se subdividía en 2 troncos en forma de “T” de unas 10 pulgadas cada uno , y luego ramales por un lado y ramales para el otro , justo como los que había visto en los viñedos españoles y franceses, en donde se hacían de estas parras centenarias unos vinos especialmente sabrosos y raros , la producción de estas vides solo da para fabricar muy pocas botellas , pero ya imaginaran la calidad de aquel tinto.
Fue ahí mientras yo admiraba su trabajo y se lo hacía saber con gran alharaca, cuando me pregunto muy emocionado: Como esta Paty y como está mi amigo Dany ?– su esposo- , y recordando el “encargo” del billete de 500 le dije: Mira, te lo mandan Dany y Paty , y tomándolo en su mano dijo: híjole..que gueno.. !! Hay tiempos de dar limosna y tiempos de limosnear !! , como diciendo: hace 20 años y trabajando para ti, lo que me daban me lo ganaba con mi trabajo, pero ahora a mis 78 años, ya más viejo y sin trabajar para ti… las cosas cambian.
Debido a que mi celular aun alcanzaba señal, me puse a hablarle a varios amigos de Raúl que otrora venían al rancho, empezando con su buen amigo Julián Ayup, a quien localice en Monterrey, y a su no menos amigo “CASAS” hijo de Julián, a quien así le decía desde niño al no poder pronunciar “Hasan” .
Solo estuve con Raúl 30 minutos , y de hecho fui a visitarlo solo para “tantearle el agua a los camotes” , esto es , ver como andaba de salud, de lana, y de “vejez” , pues aunque se hubiera ido ya del rancho , debía yo estar preparado para la adopción general , de la que Raúl y yo ya habíamos hablando desde sus tiempos mozos , y en la que le prometí , que cuando ya estuviera viejito y no pudiera trabajar , me lo llevaría a vivir a un cuartito que ex profeso le construiría en el patio de la casa de mi suegra - allá en Ciénegas – y ahí se levantaría a la hora que quisiera a cultivar frutales que tanto le gusta , podar parras y vigilar que nadie se metiera a robar . Una vez visto su “jovial” y rozagante aspecto, creo que para llegar a esos tiempos de vejes aún le quedan a Raúl cuando menos 5 años más, aunque, para como van las cosas en Torreón, quizá haga 2 cuartitos , en vez de uno.
Raul siempre fue una persona extremadamente generosa , - tiempos de dar limosna, diría el - Le dabas una chamarra nueva el 24 de Diciembre y el primero de Enero se la veías ya al pastor de las chivas , y cuando le reprochabas te decía : El esta mas fregado que yo . Cada año Raúl amante de la carne y con pocas oportunidades de comerla por su alejamiento del pueblo, mataba una vaca de 400 kilos de las que yo le iba regalando , y de ella solo se quedaba con 5 o 6 kilos , el resto , la convidaba con los vaqueros de ranchos vecinos y con su familia, que como el decía , para que coman "arto" al menos una vez al año .
Mientras regresaba a Cuatro Ciénegas por el viejo camino de terracería pensaba: Que vida la de Raúl, solo en el mundo, nunca se caso, fue el más pequeño de la tercera esposa de su padre, así que todos sus medios hermanos ya murieron , y de los hijos de su madre , solo le quedan 2 que tienen de 80 pa´rriba , aunque pensándolo bien , no está solo, pues le queda mi familia , que estará lista para cuando los tiempos de Limosnear (sic) - como él lo dijo- (recibir diría yo) …ya hayan llegado