Diciembre 2023
Precuela de una vieja cacería…de puma
Por Fernando LLama
Mi amigo Juan Salas contado Otorrino del otrora D.F y de juveniles 91 años al día de hoy, de los que al menos 30 se los pasó viniendo cada año a Coahuila de cacería conmigo y con otros amigos para darle rienda suelta a nuestra pasión de seguir venados por las sierras, me llamó hace rato para decirme que estaba encantado leyendo el relato que escribí hace años acerca la cacería de un gran puma de Montaña que cacé hace muchísimo tiempo, cuando se permitía cazar pumas y Osos con permiso restringido, luego lo más fácil fue prohibirlo todo y olvidarse de hacer conteos. .dejando hoy día a miles de pumas que se comen el 90% de los venados..
Pues bien, su platica acerca de la lectura de mi libro de cacería que recién le regale hace un par de meses para amenizar sus años de retiro me hizo estimular mi mente para tratar de hacer una precuela de aquella épica cacería.
Normalmente los pumas son muy difíciles de cazar, pues es el animal más astuto y escurridizo que conozco. Sale casi siempre de noche, mata becerros , borregas y chivas pero sobre todo , tiene un gusto especial por la carne de los caballos, que luego de sorprenderlos dormidos en la noche , los mata , y tras comer sus “dentros” se vuelve a subir a la sierra a esconderse para volver al día siguiente por la noche a seguir comiendo de su caza, y lo cierto es que no hay forma de sorprenderlo mientras hace sus destrozos en los ranchos, hasta que se cansa de matar y se va al rancho vecino a continuar su “cacería”
En aquella ocasión, un enorme puma rondaba dos ranchos que estaban cerca uno del otro sobre la sierra de la Madera , Chupaderos y El Espejo que es el mío.. En Chupaderos estaba de vaquero Arnulfo Valadez, a quien el día anterior a mi llegada, un puma le había comido su caballo de “remuda”. Para los que no lo sepan, la remuda es el caballo con el que se hace el trabajo diario, el caballo de remuda es siempre un caballo adiestrado y manso difícil de conseguir y aún más difícil de “hacer” – domar- , así que decir. que te comieron el caballo de la remuda es como si te quebraras una pierna, y ya nomás te quedara una para caminar y trabajar,
Arnulfo estaba de verdad preocupado esperando que la siguiente noche el Puma se pudiera comer el otro caballo que le quedaba , cuando en eso , llega a su rancho de visita su primo Raúl Valadez quien era el Vaquero de El Espejo para decirle que un puma se acababa de comer también su caballo de la remuda , y que la caza estaba fresca -reciente- , por lo que seguro que iba a volver esa misma noche a comer, por lo que le pedía a Arnulfo – y no era necesario pedirle- que se trajera sus 3 perros rastreadores para ver si lo podían atrapar esa noche cuando volviera a comer.
Los pumas se atrapan solamente con Perros rastreadores . Quien sabe de esto , sabe que de 100 cazadores que presuman de haberlo “cazado” , el 99.9 % lo cazó por accidente cuando se le atravesó en la carretera, ó lo descubrió cuando lampareaba buscando venados, es raro que alguien te diga: voy a ir a cazar un puma con Perros rastreadores , eso solamente se oye en los Estados Unidos.
Mientras platicaban los 2 vaqueros en Chupaderos , yo iba llegando al Espejo en mi visita mensual, en esta ocasión y como era semana santa venia con mi familia y algunos amigos. Cuando volvió Raúl de Chupaderos, me dice que en la noche vayamos a hacerle Caza a un Puma y me platico los pormenores, agregando que si no lo paramos , mañana vendría por el único caballo que le quedaba a el , ó iba por el de Arnulfo.
Para saber la gravedad del problema imaginemos un rancho que tiene 400 vacas, y sólo tres caballos para que monte el Vaquero. El puma ó el Oso se pueden comer 10 vacas, y ello no representa más que una pérdida económica, pero si se comen los 3 caballos del vaquero, como va a campear al día siguiente ?, como va a cuidar las vacas ?, y luego, dónde consigues caballos ya adiestrados para el monte , que caminen solos, y que se sepan seguir al ganado. Un caballo de remuda, es algo muy valioso.
Decidimos entonces hacerle caza y nos fuimos en la noche como a eso de las ocho de la noche desde la casa del rancho que estaba a 5 km de la casa del Vaquero. Llegamos callados sin hacer ningún ruido. Al rato llego Arnulfo con otro vaquero cada uno en sus caballos, y traían amarrados con sogas largas a tres hermosos perros pintos, creo de la raza Fox Hound ..que conseguimos en un rancho vecino que un gringo había rentado y al irse ahí los dejo…pero eso es otra historia.
Raúl ya tenía su caballo y el mío ensillados y amarrados atrás de su casa, que era de hecho un cuarto de 4 por 4 construido en medio de la nada. Llegados todos amarraron los perros y los caballos y nos metimos a tomar café para hacer tiempo.. La caza de animal estaba a 200 metros de la casa. Se dice “la caza”, al animal muerto que acaba de matar un felino, ó un Oso, así pues, nos metimos y empezamos a tomar café los 4 en total silencio.
Y decir en silencio, era no solo “no hablar”, diría que casi ni respirar, para que no fuera a pasar el Puma por la puerta de la casa, en su camino hacia donde había matado al caballo, y si nos oía, se escapaba, entonces nos manejábamos a puras señas.
Como les decía la casa del vaquero era un solo cuartito con techos de vigas de madera, carrizos y paja y si acaso algo de material de cemento, Dentro de “la casa” un tanque de 200 litros como estufa y calentador , con un tiro de chimenea que salía por el techo. Y ahí estábamos todos sentados viendo la lumbre y tomando café negro.
Como a eso de las nueve de la noche dice Raúl: Voy a ver si ya llegó el puma a comer…aaay guey, que hueviferos de pelao, Me pongo a pensar lo que yo sentiría al ir a asomarse solo en la noche caminando sin lámpara para no asustar al puma, y así se fue Raúl caminando hasta llegar a donde estaba el animal muerto, lo vio y se dio cuenta de que aun no había llegado, se devolvió con nosotros y solo dijo: “no ha llegado”.
Seguimos con el café y ya para la 3a tasa y a eso de las 10 de la noche dice nuevamente: Voy a ir otra vez a ver si ya llegó. Se va caminando y todos nos quedamos callados terminando el 3er café, en eso entra Raúl, abre la puerta y con los ojos abiertos como canicas dice las palabras de Guerra: “Ya comió MANITO”. En ese momento la adrenalina corrió por nuestra sangre como solo un cazador tiene idea, y lo ha sentido. Agarré mi rifle pues era el único que traía rifle y salimos de la casa sin hacer ruido, nos subimos todos a los caballos y solo Arnulfo cabresteaba con una mano los tres enormes perros que traía amarrados cada uno con soga independiente.
Llegamos hasta el lugar donde estaba la caza. Normalmente los pumas comen una vez hasta llenar, y luego lo tapan con ramas para que nadie lo vea. A la hora que llegamos ya estaban todas las ramas levantadas y se veía donde el puma había llegado hasta el vientre del animal y había comido un rato. En ese momento dijo Raúl: “a darle ….suelta los perros”.
Soltar a los perros fue electrizante, al darse cuenta los perros que la orden era “seguir al puma”, seguir ese rastro que los hicieron oler y que conocen muy bien por haber atrapado ya a varios antes, haz de cuenta que les diste un balazo de un 22 en una nalga, empezaron a aullar como locos y aullaban porque esos perros no ladran, “aúllan” y al instante empezaron a correr tras el rastro.
Arnulfo llevaba una lámpara potente , con una batería en el caballo , el caso es que sale corriendo él en su caballo con la lámpara en la mano, y recuerdo que cada 5 o 10 segundos volteaba la lampara hacia el piso para que viéramos por donde íbamos, algo que era ilógico pues íbamos a galope ateniéndonos a donde nos llevara el caballo que seguía al de Arnulfo, como sabiendo ya de que se trataba el “asunto”
Yo que iba como a 10 metros atrás de todos nomás viendo las sombras que la luz de la luna me daba, en un momento dado nomás sentí que el caballo iba a volar. Se levantó en el aire y pensé: Dios mío que está pasando ?, pues nada, que el caballo que veía mejor que yo en la obscuridad y con la luna, pego un brinco descomunal sobre una palma que estaba atravesada. Jamás en mi vida. había sentido esa sensación de brincar en un caballo y caer del otro lado, hijo de su madre, …y sin que te avisen, total que le dimos hasta llegar al filo de una sierra que estaba como 1 km y medio.
Al llegar dijo Arnulfo: ahí va el puma a la cuesta arriba seguido por los perros. Y aquí hago un paréntesis para una observación de conocimientos para puritanos y ortodoxos: Si un perro va siguiendo a un puma y el perro “deja de ladrar ó de aullar”, el puma “se detiene”, se devuelve …y “se come al perro”, literal, lo mata y se lo come todito ahí mismo, el puma no teme al perro teme al ladrido. …así que continuamos con la cacería corriendo y aullando.
A partir de ahí nos bajamos de los caballos y empezamos a correr. En ese momento volteo a ver la sombra de la sierra con la luna y me dije: “yo no llego ni a la mitad”, pero la adrenalina es canija, me calcé el rifle a la espalda y les dije…vámonos y empezamos a subir agarrándonos de donde podíamos y sin guantes. Todo estaba lleno de lechuguillas y gatuños de espinas, pero en ese momento la adrenalina nos hacia no sentír nada, nos arañábamos la cara, las manos y seguíamos subiendo y subiendo – ya después pasé horas en tratamiento quitándome 1000 espinas “de todos lados” y cuando digo “de todos lados”, es literal.
Al llegar a la mitad de la sierra le dije a Arnulfo: “Ya no puedo más”, ¿dónde está ele puma?… y dijo Arnulfo…, ya llegó hasta arriba, si quieres dame el rifle y yo lo mato…y eso fue como una descarga eléctrica en el trasero, asi que le dije: dale pues hasta arriba … y lo agarramos.
Para darnos una idea de mi cansancio, desde el momento en que empezamos a subir la sierra hasta el momento en que maté finalmente al puma, pasaron casi dos horas y media corriendo y corriendo sin parar a la cuesta arriba y luego la cuesta abajo y luego otra vez a la cuesta arriba y todo en total obscuridad, mis músculos llenos de acido láctico por el esfuerzo ya no me respondían. . Al llegar a la parte más alta de la sierra y todo obscuro le pregunto a Arnulfo: ¿dónde está? …y dice Arnulfo, ahí está abajo, ya lo tienen acosado los perros se nota por el ladrido.
…. pues vamos a darle para abajo… y empezamos a irnos cuesta abajo, casi sin ver agarrándonos de todas las ramas para no despeñarnos, en aquella obscuridad la prioridad era no irte al voladero. Ahora sí ya lo tienen agarrado a media ladera – dijo Arnulfo- ahí se oye el ladrido muy especial, en un momento yo no podía moverme, llevábamos más de 2 horas caminando y de verdad “ya no podía correr más”, y eso que entonces estaba esvelto. Caminamos aun media hora más a la cuesta arriba de la segunda sierra hasta que por fin dijo Arnulfo: Ahí está, yo volteaba para todos lados como liebre lampareada y no veía nada, pues el que traía la lámpara era Arnulfo, hasta que me alumbro el reliz de un barranco y me dijo…míralo !!.
Me arrimé a la orilla del barranco y ahí estaba el enorme León de Montaña a 10 metros de mí, agazapado en una piedra y gruñendo feroz mientras a un lado de el los perros seguían ladrando. Levante el rifle y como estaba ajustado el telescopio a 9 poderes, solo vi pelos…y disparé.
El animal pegó un brinco al barranco, no sabía si le había pegado, pero de cualquier forma yo ya quería que terminara este “suplicio” . En eso Raúl que no había hablado en todo el camino, y solo seguía al grupo, grita: “Si le pegaste manito” , y empezamos a bajar por el barranco pero ya despacio y ahora si , ya sintiendo las heridas en las manos y en la cara. Después de 45 minutos que logramos llegar abajo, ahí estaba un animal enorme y hermoso. Fue ahí que nos dimos cuenta de que no había forma de decir: déjalo que se vaya, que siga su camino , que se salga de tu rancho y vaya y mate los caballos del rancho vecino, y luego que se vaya a otro rancho, y con el tamaño de ese animal, no iba a dejar caballo vivo en la región.
El puma estaba tan grande que no había forma de cargarlo y hasta dijeron: hay que dejarlo aquí …total que ya nos quitamos el problema, y recuerdo que les dije: le doy “tanto” al que baje el puma, y recuerdo que era una buena cantidad como el equivalente a dos veces el salario del mes de cada uno, así que cortaron una garrocha amarraron al puma y… a bajar se ha dicho.
3 horas después y a gallo gallina entre los arroyos llegamos al rancho ya amanecido como a las seis de la mañana , y todavía llegamos a preparar el animal al rancho de Raúl, y ya que estaba limpio lo cargamos en la camioneta, nos despedimos de todos, no habíamos dormido en toda la noche y de ahí nos fuimos a la casa mía, en donde estaba mi familia y mis invitados que apenas se despertaban y que quedaron asombrados al ver el tamaño del Puma.
Mandé el puma a arreglar a San Luis Potosí. Como son cosas lentas , al año hablé con Mario Aguilar Reed el taxidermista y le dije: Dime si no es tan grande como yo creo y no lo arreglo , porque quiza estoy exagerando y cuesta mucho dinero arreglarlo - creo que como 1500 dlls – y me contesto que para ser un puma de “Montana USA” estaba muy grande , y cuando le dije que era de Coahuila me dijo que nunca había visto un puma de Coahuila tan grande , asi que lo arregle y lo lucí en mi casa como 10 años , hasta que un día un amigo de lana me llegó al precio - y yo pagando colegios- y se lo vendí, total que mi aventura se había quedado ya conmigo .