4 de Abril de 2010
SEMANA SANTA
Por Fernando Llama
Si tuviera que elegir entre estricta o pasalona , seguro diría que mi madre fue una madre estricta , que educo a sus hijos , si no con mano de hierro , si con algún otro metal muy parecido en dureza.
Con ello no quiero criticarla , que va , aunque tampoco creo haya sido el sistema ideal , para suerte mía , en lo tocante a educación la vida me dio la oportunidad de hacerle al libreto original algunos “ajustes” , sobre todo hacia el lado de la tolerancia , y un así , si preguntaran a mi hijas la forma en que fueron educadas , de seguro les dirán que su padre las educo con mano de hierro…mmm…ya me tocara ver como lo hacen ellas.
Mi padre en son de broma decía de mi madre, que si se hubiera casado con Hitler , este no habría perdido la guerra , algo le sabría , dejando de lado la sangre Alemana “Voigt” que corría por sus venas , cortesía de mi abuelo Fernando.
Para el caso, y hablando de esa educación férrea puedo recordar que durante el tiempo que viví en “casa” , jamás salí de vacaciones durante una “Semana Santa” , pues mi férrea madre decía que la semana santa no era para andar “chacoteando” , por el contrario era un época de recogimiento , de penitencia y de oración , así pues , los innumerables días Santos de mis épocas infantiles y pubertas las dedicaba a seguir al pie de la letra toda la parafernalia propia de esta mística semana, empezando con los clásicos sacrificios que debíamos de ofrecerle a Dios para expiar nuestras culpas, y si nuestra inocencia nos hacia pensar que no teníamos culpas que expiar , a mi madre no le faltaban argumentos para hacernos caer en la razón , así que los sacrificios se harían por las culpas de mis abuelos , tíos , parientes o amigos que hubieran muerto , para que Dios los perdonara – porque yo no se porque , pero según mi madre casi todos estaban en el purgatorio- , así que..a jalar.
Seguíamos -sin recordar el orden- con la visita de los 7 templos , y no me diga en que día exacto era porque ya no lo recuerdo , pero si recuerdo que nos levantábamos temprano y recorríamos desde los templos mas conocidos hasta las iglesias mas periféricas . Años mas tarde cuando la gasolina subió y ya no era fácil ir a 7 templos distantes , mi madre elegía uno -generalmente El Carmen- y luego de entrar y rezar no se cuantas oraciones , salíamos a la calle , tomábamos un poco de aire y volvíamos a entrar por la otra puerta del mismo templo , y así hasta que fueran 7 salidas y 7 entradas.
Al día siguiente ,- y creo que íbamos en ese orden- nos echábamos el viacrucis , “pero bien hecho” , analizando y comentando “estación por estación” y buscando una iglesia grande que nos permitiera hacerlo sin llamar la atención…ah , olvide comentarles que éramos 12 hermanos de familia y siempre nos acompañaban cuando menos otra media docena de amigos, a los que habíamos prometido que luego de los rezos matinales de mama , nos iríamos por la tarde a comer y a bañarnos a la alberca de San Isidro .
Lo cierto es que aquello del viacrucis era una verdadera peregrinación , y con el fervor con que lo hacia mi madre , no era raro que se nos unieran un buen numero de feligreses, de los que estaban ahí en la misa “nomás de mirones” , presuponiendo que aquel atajo de niños eran los festejos de la misma parroquia liderados por alguna monja que cuidaba de un horfanato
Al cabo de 3 días, los festejos terminaban con algo mas agradable – para un niño- , porque llegado el domingo , mi madre decía las palabras mágicas…”ya escondí los huevos de pascua en el jardín” , y el que los encuentre se los come , y al instante aquellos 12 aguerridos niños veían coronada su semana santa con un atrancon de huevos de chocolate que previamente había que encontrar . Y Ud pensara , siendo 12 hijos la diferencia entre el primero y el ultimo haría que el primero agarrara todos los huevos y el pequeño se quedara mirando , pues no , mi madre se aseguraba de esconder muy bien la dotación de los 6 de “abajo” , para luego decirles uno a uno al oído…yo iría a buscar atrás del boiler , a un lado del tanque de gas…. Pa su mecha..quien iba a buscarlo ahi , y asi cada uno se llevaba Salomonicamente su dotación cuaresmal de chocolate
Cuando crecí , jamás volví a pasar la semana santa en casa, de hecho las ultimas me tocaron estudiando allende el mar , luego me case y ya no volví a casa , así que la semana santa la pasaba por ahí en cuatro ciénegas en algún rancho festejando decentemente los pocos días de asueto que tenía.
Lo cierto aquí , es que a la fecha , jamás he ido a una playa en semana santa y no por exceso de misticismo sino por simple precaución , ya que ilógico me resulta ir a un lugar al que previamente lo eligieron como destino turístico 2 millones de personas
Los últimos 15 años – quizá mas- pase la semana santa en mi rancho , sin embargo esta semana de 2010 , la pase en casa aquí en Torreón , mis hijas hicieron plan – inicios de mis ajustes educativos - pero mi esposa y yo la pasamos yendo y viniendo a las celebraciones de mi parroquia , y aunque me apena reconocer que no salí por motivos de salud , de alguna forma me fue agradable recordar aquellas épocas en que yo era parte de un montón de niños a los que dirigía una estricta novicia rebelde que nos enseño que las cosas “que eran correctas” solo se podían hacer “de una forma” , y de ninguna otra mas , de seguro que mi madre nunca oyó aquello de… las medias tintas.
Gracias madre , porque a 6 años de que te fuiste sigo pensando que fuiste la mejor madre que me pudo haber tocado , y no te fijes en aquello de que fuiste estricta con nosotros que gracias a ello los 12 aprendices de vándalo que tuviste por hijos salimos finalmente hombres y mujeres de provecho , bueno 11 , y el angelito que se te fue a los 15 años (pupita) , lo cierto es que a tono personal , tus reglas inquebrantables y tus conceptos místicos , de algún forma me hicieron ser un hombre medianamente místico y relativamente honesto, argumentos imprescindibles para que “si le echo ganas” , podamos juntarnos y seguir platicando algún día… mas allá del sol.