10 de Agosto  2005

El orgullo de la sangre y de la patria.

 

Por : Fernando Llama Alatorre

Torreón Coah. Mexico

pag web: www.internetual.com.mx/llama

 

Por curioso que parezca,  el verdadero patriotismo,  - Léase: el amor por la patria y la tierra que nos vio nacer - ,  generalmente solo hace su aparición en nuestras vidas , cuando  estamos lejos de nuestro país.

Y fue así, que corriendo el año de 1892 , una madre despedía en el puerto de Santander España,  a su hijo adolescente  que se embarcaba ese día con rumbo a América.

Despedir a un hijo que marcha hacia lugares lejanos,  reviste ya en si un dolor especial – y lo digo por experiencia -  , pero despedir a un hijo del que se sabe ,  jamás se le volverá a ver ,  eso si  que debe de ser algo,  sumamente duro.

En aquellos años , España pasaba por momentos difíciles y  fueron muchos los jóvenes que al no ver perspectivas de progreso en su país,   optaron por migrar a América,   con la conciencia clara de que  dadas las pobres circunstancias económicas  en que se iban , y lo difícil que  les sería  abrirse paso en un país extraño , lo lógico era  pensar que se iban…para no volver  .

Y así fue para el joven “Segundo” , quien a sus 17 años era el hijo primogénito de una familia de agricultores asentados desde hacia muchos años en el valle de Guriezo ,  de la provincia de Santander.

Al punto de salir el sol , el barco enarboló su velamen .  Las velas se hincharon  con los vientos de barlovento ,  y la nave enfilo con rumbo a América . Momentos después ,   un punto en la lejanía y una pálida  estela en el agua , eran lo único que quedaba de aquella triste despedida.  

Casi dos meses duro el viaje ;   y mientras el siglo XIX estaba a solo unos años de concluir , el joven Segundo llego sano y salvo al puerto de Veracruz .  Sus pertenencias eran pocas:   un pequeño envoltorio con comida y recuerdos que le dio su madre  y una vieja y  raída valija que le dio su padre, para que en ella guardara la poca ropa de trabajo de que disponía.

Y vaya que Segundo a sus 17 años  ya era un hombre de trabajo , pues apenas pisar tierra Mexicana,  partió  en seguida con rumbo a un pueblo en el norte de México,  del que previamente le habían hablado ,  asegurándole que había buena agua y mucha  tierra para la agricultura,  misma que  ya era trabajada por algunos españoles que previamente había llegado del mismo Santander.

Apenas llegar , el joven Segundo fue arropado física y económicamente por otros paisanos , como era la costumbre de aquellos tiempos , misma  costumbre que años mas tarde puso Segundo en practica  cuando nuevos inmigrantes Españoles fueron llegando a San Pedro de las colonias Coah .

Los años empezaron a correr , el trabajo era duro,  y era mucho  el esfuerzo que se hacia para  ir  forjándose un  pequeño patrimonio  .

Siguiendo la ley de la vida  , un buen día Segundo encontró a una buena chica y se casó.  La novia era una bella muchacha de origen ingles llamada Amalia Hickman, con la que  Segundo fundo luego , una prospera y conocida  familia .

Para Segundo , México fue siempre su segunda patria , la patria que le abrió los brazos y  lo recibió con cariño , pero se de buenas fuentes , que mientras el trabajaba la tierra mexicana , su mente vagaba  por las marismas  y las rías de su tierra natal .

Imagino que cuando el trabajo se lo permitía , Segundo escribía  una carta a su madre  para que esta supieran que  aun estaba vivo,  hecho que revestía gran importancia , sobre todo después de que Aquilino , hermano de Segundo,  que había viajado de Santander a Argentina ,   luego de  enviar un par de cartas , jamás volvieron a saber de el . Años mas tarde , alguien dijo  por ahí , que a Aquilino  lo habían matado en un pleito de cantina .

Y así  los años  siguieron pasando , y  Segundo envejeció  soñando siempre con volver a casa  y saludar a su madre  ,  sueño que jamás realizó , pues su madre murió sin volverlo a ver ,   y  el  jamás regreso a España  .

Y fue a Fernando , el hijo  mas pequeño de Don Segundo a quien yo conocí muy bien.  Fernando vivió siempre con aquella sensación de añoranza que su padre tenía por España , al verse imposibilitado de retornar a casa , y  fue así que Fernando le prometió a su padre que algún día  sería el quien  viajaría a Santander para conocer la tierra que vio nacer a su  padre , y  saludar a los parientes que aun vivieran  

Pero con todo y las  buenas intenciones de Fernando , papá  jamás previó que tendría 12 hijos que mantener ,  y debió esperar a tener 50 años para darse el lujo de viajar a la tierra de su padre Don Segundo Llama Negrete .

El sueño se hizo realidad en Agosto de 1967, y  aunque mi padre retorno a México decidido a volver pronto a España ,  lo cierto fue que jamás volvió. Pero en 1977 mandó a su hijo como representante , cuando  este decidió estudiar un especialidad  en la ciudad de Madrid , no sin antes hacerlo prometer que viajaría al norte de España a conocer la casa del abuelo Segundo , el puerto desde donde este partió a América , y las viejas tías que aun vivían en el pueblo de Guriezo , bellas personas a quienes  hace tan solo unos días contacté por teléfono , regocijándome al oír sus pizpiretas voces, aunque  las “muchachas”  tengan hoy día  88  años la una y 90 años  la otra..

En casa de papá ,  tener  ascendencia española era algo de suma  importancia,  y no por el hecho de tener la sangre de un país diferente , sino por el sentimiento heredado  de aquel emigrante Santanderino que algún día , y con  solo 17 años en sus alforjas , le dijo adiós a su familia y a su patria , para no volver a verlos jamás.

Pocas personas conozco que estuvieran tan orgullosas de llevar sangre española , como lo fueron mi abuelo y mi padre , un par de buenos gachupines , que vivieron soñando con volver a  casa

Mientras tanto yo,  servidor vuestro ,  Mexicano hasta las cachas , y orgulloso de mi país, de mi sangre,  y de mi tierra , no puedo abstraerme  al hecho de sentarme de vez en cuanto,  frente a una botella de buen vino  tinto español ,  y bebérmela  sorbo a sorbo ,  en honor al abuelo , a mi padre y al chisguete se sangre española que por herencia de ambos…  aun corre por mis venas.

 

Fer