25 de Agosto 2002
 

     El niño ,  la niña  ó  Tlaloc .
  San Isidro  ó  San Juan Diego 
           ...pero por fin...
   ¡¡¡ Llegaron las lluvias !!!

Por : Fernando Llama Alatorre

Torreón Coah. Mexico

pag web: www.internetual.com.mx/llama

 

    Si existiera la mas remota posibilidad de que Dios en su infinita justicia  premiara a los animales que mejor se hubieran portado , dándoles la oportunidad de reencarnar en un ser humano ,  entonces si que no me cabría la menor duda ....¡¡ Yo fui una rana en mi vida anterior !!. Pues en cuanto mis respingadas narices captan la primera sensación de humedad en el aire  , y caen las primeras gotas de lluvia sobre el pavimento , no puedo abstraerme al hecho de salir  a la  calle a mojarme y  ver llover.

En días pasados  mientras veía los cielos nublados me dije: Creo que es el momento de darle una vuelta al rancho , y con un poco de suerte  me tocará ver llover en el monte , pues no es lo mismo ver llover sobre pavimento ,  al enorme  placer de todos los sentidos de “ver llover en el monte” , donde al instante la gobernadora  -que no sirve para nada mas que para quitar sol y espacio al pasto- , nos envuelve con su aroma , llenando el ambiente de un olor mágico , mezcla de hierba húmeda y  tierra mojada , que al menos para mi batracio “Punto de Vista” , es el olor mas agradable que hayan percibido jamás mis sentidos olfativos..

Animado por ello enfilé como siempre con rumbo norte hasta llegar al caluroso Cuatrociénegas , en donde deje a mi familia para que aprovecharan de ver a su abuelita , mientras yo me seguía  subiendo la sierra por entre los caminos de terracería con rumbo al “Espejo” .  Aun iba como a 10 Km. del rancho cuando vi la hermosa nube negra que se descolgaba en la ladera de la sierra , justo en la entrada de mi rancho. Fue ahí donde le pedí a Dios que la nube que veía fuera la colita de la lluvia y que la verdadera lluvia estuviera cayendo dentro de la sierra sobre mi sediento rancho .

Y así fue...apenas llegar a la puerta del rancho abrí la puerta del “falsete” bajo una lluvia intensa  , y en cuanto  mi ropa se empezó a mojar  , por algún “gen batracio” que tengo ,  empecé a gritar de alegría . Y allí me quede mojándome unos momentos regodeándome en ese ambiente mágico.

Llegue al rancho metido dentro de un verdadero chaparrón de agua , y apenas llegar me serví un whisky para saborearlo mientras caminaba por entre el monte disfrutando del placer de mojarme . Ilógico me resulta, que esperemos un año a las lluvias , y cuando estas por fin aparecen ,  en vez de salir a disfrutarlas , todos corremos a guarecernos bajo algún techo...¿ extraño, no lo cree?

Un par de horas mas tarde llego  mi vaquero Raúl igual de mojado que yo ,  y para entrar en calor saqué de la hielera un sabroso caldo de puchero que me había preparado Anita la señora que trabaja en casa,  y al momento nos dispusimos a  dar cuenta de el .

Apenas iba a comenzar a tomar mi caldo cuando oigo los “sorbidos” que ya le daba Raúl al suyo. Aquello era un....¡¡uuusssssffff!!..a cada cucharada de caldo caliente , y al momento - y no sin algo de pena- hice lo que  debía de hacer :

Lleve la cuchara a mi boca y le di un sonoro...¡¡¡uuussssffff!! , que se oyó a varias cuadras de distancia, mientras para mis adentros murmuraba : Es tu oportunidad mi Fer de comer un caldo “sorbiendo hasta la ultima gota” sin que nadie te este jeringando con que es de “mala educación” . 

Y así nos metimos cada uno  2 platos de caldo llenos hasta el tope con verduras y pollo deshebrado , mientras el concierto de..¡¡¡uuussssffff!!...llenaba el ambiente . La nueva técnica de “sorbidos” que Raúl y yo  re-inventamos esa tarde  , me evitó – como siempre-  el quemarme los labios y el paladar  , pues con eso de que en la ciudad – y no se diga en las fiestas “popis”-  te tienes que meter la cuchara llena de caldo hirviendo a la boca y cerrarla en el acto mientras sonríes  - no se de que-  , al final terminas con la lengua y el paladar tan “quemados” ,  que si el caldo tuviera madre , se la recordarías por los 3 días siguientes. 

Al día siguiente nos levantamos como siempre a las 6 de la mañana y  luego de un buen almuerzo montamos los caballos y enfilamos la sierra.  Luego de media mañana de trabajo duro, Dios nos premio con una hermosa llovizna que empezó a bajar del filo de la sierra obscureciendo la ladera,  y luego de pasar por sobre nosotros  mojándonos hermosamente , siguió su camino regando el ya húmedo pasto del rancho.

Por la noche solo pensábamos en 2 cosas .  Darle un poco mas al ...¡¡¡uuuusssfff!! ,  que aun quedaba suficiente caldo para 2 conciertos de “sorbidos” . Y si no era mucho pedir... que lloviera nuevamente. 

Ambos deseos se nos cumplieron , pues después de 30 minutos de concierto  , nos ha caído una tromba de pronostico , al grado de que el agua empezó a correr por los alrededores de la casa .

Con cierta nostalgia , salí del rancho el domingo  como a las 6 de la mañana para pasar por Ciénegas a las 8 y recoger a la familia , con tiempo de llegar a ver por la tele el juego del Santos-Querétaro.

Bueno . Por ahora San Isidro Labrador parece que a despertado de su marasmo de varios años ,  ó quizás sea San Juan Diego estrenando milagros -  . Y sea el niño , la niña ó cualquier familiar climatológico que tenga el dios Tlaloc ,  lo cierto es que al menos por esta temporada,  los campos estarán verdes , las vacas estarán gordas y los individuos con complejo de rana – como un servidor- seguirán saliendo  extasiados a las banquetas en cuanto sientan en el ambiente el hermoso olor a humedad,  y caigan las primeras gotas de lluvia  sobre nuestro árido desierto lagunero